El caso del perro desaparecido
Susana Gimenez entró a mi departamento y me contó lo sucedido:- estaba saliendo del teatro y tenía a mi perrita con su correa, miré para adentro otra vez y observé que su correa estaba atada a una planta- Le pregunté si no hizo nada luego de su desaparición de su perrita, y me dijo que sí, que miró para todos lados y vio un hombre corriendo hacia un callejón, pero no tenía nada en las manos. Suficiente por hoy -dije- seguiremos con su caso- Ella salió.
Pensé en algunos ladrones que conocía, el hombre sin cara, el coleccionista de animales exóticos y el veterinario destripador. Decidí ir a investigar a cada uno, primero al hombre sin rostro pero yo mismo descarté la idea porque probablemente no pudo haber visto cuándo robó el cachorro.
Fui al consultorio del veterinario pero estaba muy ocupado destripando ratas y serpientes, así que me dirigí a ver al coleccionista, pero el no estaba en su casa.
Entré con el viejo truco de la hebilla, tenía algunas que eran de mi sobrina.
Me pareció sospechoso porque había muchas fotos del perro de Susana por las paredes y cuando salí me tropecé con el collar que tenía puesto el cachorro antes del robo.
Lo esperé afuera. Pasaron treinta minutos y ni rastro de él y a los cuarenta minutos apareció y me miró con nerviosismo. Le pregunté si había visto ese perro, se le hizo un nudo en la garganta y me contestó:- no no oh oh . Entró a su casa y lo espié por la ventana. El sacó una caja blanca, la abrió y allٕí estaba el perro de Susana.
Entré a la casa tirando la puerta abajo, lo golpeé en el rostro con el puño, le quité al perro y lamé a Susana para que fuera a retirarlo a mi oficina.
Y en cuanto al ladrón, lo vino a buscar la policía y seguro que pasará un buen tiempo en la cárcel.
Ya en mi oficina, descansé porque todo estaba resuelto…
Melina Giménez 6º B 2010
0 comentarios