El esqueleto
Me saqué del bolsillo la falange y de un capirotazo, por encima del hombro, se la di de limosna. Pero él no la aceptó y continuó persiguiéndome…
Al principio hice como si nadie no me siguiera, pero a cada paso que daba, estaba más cerca. Luego avisté mi casa, sólo a dos cuadras, pero el esqueleto se acercaba más y más, estaba en la puerta y de los nervios no lograba poner la llave en la cerradura. El esqueleto viviente ya se encontraba delante de mí, entonces cerré los ojos pensando que me atacaría, pero en lugar de eso, entró a la ferretería de al lado.
Me asomé asustado a la ventana para ver qué hacía; el esqueleto tomó un tornillo para colocarlo entre la mano y su falange.
Entré en mi casa desorientado, asombrado; me recosté y al instante me dormí. Al otro día, camino al trabajo al pasar por la placita, volví a encontrar los huesos desparramados, pero cuando me iba me pareció ver que el esqueleto me saludaba con la mano…
Martina Militello 6°B
3 comentarios
agus -
besos
Camila -
Camila , Micala, Cande, Agus y Trini -